B.S.O.


BOOGIE NIGHTS. 1997. Paul Thomas Anderson

Excelente película que trata con más seriedad de la que aparenta, los comienzos del cine porno en los E.E.U.U. en la década de los 70.

Trata la vida de el actor porno (John C. Holmes), su hipotética ascensión al éxito y la fama, y su posterior derrumbamiento y caída al infierno.

La pornografía es un tema que resulta imposible mirar de forma neutral y menos desde el punto de vista de la sociedad actual, pornógrafa consumada. El porno se ha instalado cómodamente en el espacio de la intimidad, lo que ha ayudado mucho ha sido el paso de las salas X al vídeo y de éste a Internet.

Boogie Nights representa el hito que todo cineasta debería ser capaz de alcanzar. Todo director debería conseguir que su película sea un espectáculo brillante a todos los niveles y que, a la vez que derrocha personalidad, también consiga deslumbrar al espectador sin que se note demasiado si está siendo o no complaciente con él, que haga que lo complejo parezca sencillo, que sea coherente dentro de su locura, que sea capaz de los grandes gestos y de los pequeños detalles, que su obra luzca una gran forma y un buen fondo, que consiga abarcar con la misma eficacia tanto la comedia como el drama. Una gran película te tiene que apabullar y hacerte sentir que estás viendo algo fuera de lo convencional. Esta es esa película.


Derrocha una vitalidad y un desparpajo arrolladores y se nota su plenitud a todos los niveles: una dirección fastuosa y de indudable calidad, un guión muy bien elaborado y completo, una encantadora galería de personajes entrañables y unas actuaciones notables hasta en actores de reconocida limitación. Podemos ver escenas divertidas, alocadas, sórdidas, melancólicas, todas ellas desprenden autenticidad, también escenas individuales, corales, grandes planos secuencia (el de la fiesta en la piscina y el primero de la discoteca son para enmarcar)... y PT Anderson pasa por todo eso sin que el conjunto desafine y el ritmo de la película no se resienta demasiado.


Los personajes, carentes de amor en algún sentido, encuentran en el porno esa segunda familia y todo el cariño; es un lugar ideal. Todo este paraíso se difumina del todo con la llegada de los 80'. En la fiesta de nuevo año la estrella del porno ve la realidad pervertida en la que está envuelto, muy lejana de lo que es una familia. A raíz de la fiesta toda la vida de él se va al infierno movida por la adicción a las drogas y la pérdida de control en su entorno.

Estética, profundidad, una gran banda sonora...


¿Con qué próximas obras nos deleitará?

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