B.S.O.


LA NARANJA MECÁNICA. 1971. Stanley Kubrick.


¿Cómo no íbamos a hablar de esta película?
Hay que decir que es una novela de Anthony Burgess publicada en 1962 (título original: A Clockwork Orange) y película adaptada por este gran director, Stanley Kubrick en 1971. El autor del libro dice que el origen del nombre viene de una frase hecha en inglés "As queer as a clockwork orange" que en español viene a ser como "más raro que una naranja mecánica.

Ambientada en la Inglaterra del futuro, 1995, vista desde 1965, la película sigue la vida de un joven de dieciocho años llamado Alex DeLarge (McDowell) cuyos placeres son Beethoven, la violación y la ultraviolencia. Un maravilloso primerísimo primer plano de Malcolm McDowell, que nos mira insolente abre esta película mientras que su voz, que cabalga entre la malicia y la inocencia y que nos acompañará a lo largo de la película acercándonos a su personaje. Porque “La naranja mecánica” no sólo se ve, también se escucha, y uno y otro código harán de la visión de esta obra una experiencia única. Él es líder de una pequeña pandilla de gamberros, a los cuales se refiere como "drugos". Alex narra la mayoría del filme en "Nadsat", el argot contemporáneo que comprime el Eslávico (especialmente el ruso) con el inglés y el Cockney (por ejemplo rozzer -policía-, drugo -amigo-, chavalco -muchacho- o lactaca -leche-). Alex es irreverente y abusa de los demás; miente a sus padres para no ir a la escuela; en su cama tiene un cubrecama cubierto con senos de goma, un caro equipo de alta fidelidad, una boa llamada "Basil" y la mesita de noche repleta de botines de sus robos.
En principio, Alex es un monstruo. Es la maldad por la maldad (lo que libremente ha elegido); pero aún así no dejamos de sentir simpatía por él, por la fina ironía que destila su narración, por los golpes de humor macabro que siembran esta obra, por la violencia brutal pero a la vez hipnótica de sus hazañas. Acto seguido, Kubrick nos muestra la otra cara: el fascismo de un Estado que atajará la violencia condicionando, con el famoso método “Ludovico”, la libre elección de la persona violenta (las cárceles las necesitan para los presos políticos). Igual que en el caso de Alex, no existen escrúpulos; pero si Alex es una anomalía que puede cruzarse accidentalmente en tu vida, el Estado está presente en la vida de todos, por lo que puestos a comparar...



Como curiosidad, cuando Alex salta por la ventana para tratar de terminar su tormento, el espectador ve el suelo viniendo hacia la cámara hasta que colisionan. Este efecto se consiguió tirando una cámara desde dos o tres pisos, con el objetivo apuntando hacia abajo, esto presenta un sentido realista de como podría ser tal caída

La película fue nominada a cuatro premios de la Academia (perdiendo contra The French Connection) y revitalizó las ventas de la Novena Sinfonía de Beethoven. Incomprensiblemente no estuvo nominado para el Oscar, siendo una actuación sentida (la secuencia cantando “Singin’in the rain es una aportación suya), sobresaliente y estremecedora. Él es “La naranja mecánica”, y aunque el resto del elenco está espectacular, todo lo que hace Alex se nos queda grabado en la mente hasta sentirlo y salir de la película convertido en un pequeño “drugo”. También causó controversia y no fue permitida su exposición en el Reino Unido. Para el tiempo de su re-estreno en el 2000, ya había ganado una reputación de clásico de culto. Muchos críticos y aficionados la consideran como una de las mejores películas jamás hechas. El film ha sido criticado por su violencia excesiva y la falta de aparente humanidad, por grupos moralistas y religiosos, pregonando que sirve como un pésimo ejemplo de ideal de comportamiento para la actual juventud àvida de referentes en que basarse.

La banda sonora de la película comprime música clásica y música electrónica compuesta por Wendy Carlos (en los créditos de ese tiempo aparece como Walter Carlos).
La música en la película puede ser interpretada como una extensión temática a la condición psicológica de Alex. Bella música clásica es escuchada durante las escenas violentas, para que así, tiempo después, cuando el espectador oiga esta música la asocie con las imágenes de violencia del filme.
“La naranja mecánica” es una joya, una obra maestra más dentro de la filmografía de un maestro singular.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buena