Espléndida muestra de lo que es el cine independiente made in U.S.A. Película dirigida, escrita y protagonizada por Gallo a la que también pone una música muy acertada: King Crimson y Yes.
La música en la película puede ser interpretada como una extensión temática a la condición psicológica de Alex. Bella música clásica es escuchada durante las escenas violentas, para que así, tiempo después, cuando el espectador oiga esta música la asocie con las imágenes de violencia del filme.
Se trata de la ópera prima de este director mexicano. Al igual que en sus obras posteriores, Amores Perros está basada en varias subhistorias que se encontrarán estrechamente relacionadas a lo largo de la película, en este caso, un terrible accidente automovilístico se convierte en el punto de encuentro de tres "amores perros".
Ninguno de ellos volverá a ser el mismo después del accidente. Todos, incluyendo a los perros, encontrarán un destino muy distinto al que algún día imaginaron.
Excelente película que trata con más seriedad de la que aparenta, los comienzos del cine porno en los E.E.U.U. en la década de los 70.
Es un drama centrado en jóvenes skinheads de principios de los años 1980.
El film muestra al movimiento skinhead desde un punto de vista más humano y real, alejándose de tópicos racistas y mostrando cuándo realmente sucedió la disgresión del movimiento en racistas y antiracistas.
muestra a un joven de 12 años llamado Shaun (Thomas Turgoose) que después de perder a su padre en la guerra cambia de ciudad. La vida del día a día no le gusta a Shaun ya que en el colegio siempre se están metiendo con él.
Un dia, Shaun conoce a una banda de jóvenes skinheads encabezada por Woody, que al verlo tan decaído deciden animarlo e irse a jugar con él. Woody y su banda lo "adoptan" en su pandilla, donde Shaun decide convertirse en un skinhead como todos los demás.
Al poco tiempo aparece Combo, un antiguo miembro de la banda, que después de tres años de estar en la cárcel, se presenta a la banda con ideas nacionalistas y un tanto racistas, y a partir de ahí, la banda se divide entre los miembros que mantienen sus ideales antiracistas y el nuevo tipo de ideología racista y nacionalista que Combo quiere integrar. Shaun, convencido por las palabras de Combo aprovechándose de la tristeza que sufre por la muerte de su padre en las Malvinas, decide quedarse al lado de Combo para "luchar por el orgullo de su padre" (tal y como Combo le dijo que haría).
Con el tiempo Shaun irá descubriendo el error cometido al permanecer al lado de Combo.
Deja, por cierto, los mejores momentos estéticos en clave PUNK. Incluso durante la aparición de la xenofobia en la tribu, tenemos alguna escena memorable. Pero hacia el final de la cinta la historia se vuelve difusa, un tanto enrevesada y excesivamente subjetiva. Eso sí, tiene una banda sonora que no deja indiferente a nadie.
La reflexión política, es interesantísima. Durante el comienzo, se bombardea con imágenes de la situación inglesa a comienzos de los 80, cuando todo supuraba THATCHER. Y lo primero que se escucha, cuando despierta el protagonista SHAUN, es un discurso de MARGARET arremetiendo contra un socialismo controlador -contrapunto de su liberalismo conservador-. Por lo que parece curioso que SHAUN no soporte su primera libertad, llena de encontronazos y soledad, y vea su felicidad en la integración a un grupo, con una identidad bien marcada, que le hace sentirse cómodo y querido. El problema es cuando el grupo se extralimita y se vuelve demasiado integrista, nacionalista radical. La película apostará por ese término medio que concilia libertad con puntos comunes.
Film interesante sobre todo para amantes de la música jamaicana y del movimiento Skinhead.
La película fue proyectada en varios festivales internacionales, incluyendo el de Londres y ganó en la categoría mejor película en los premios británicos de cine independiente.
Excepcional e innovadora película brasileña en la que el talento visual está al servicio de una narración densa pero transparente. El director ha absorbido lo mejor del cine americano de los setenta para ofrecernos su peculiar visión de las luchas entre bandas en la favela Ciudad de Dios hace unas décadas. Magistral en casi todos los sentidos, es especialmente admirable el ritmo y el desarrollo de la historia, el soberbio montaje, la utilización de la música y la capacidad para mostrarnos la belleza en medio de lo terrible. ¿Es posible que no le guste a alguien?
Ciudad de Dios es real. Contemplar cómo la vida humana vale menos que un real y filmarlo de esa manera es digno tanto de aplauso. Mostrar esa parte de Brasil que no conocemos para adentrarnos en un mundo que sólo imaginábamos, y por supuesto, ninguno de nosotros suponía que fuese tan malo.
Radica su fuerza en los violentos personajes, a parte de tener una estructura moderna, no exagerada, basada en parones de cámara, capítulos titulados y viajes en el tiempo por flash backs que se enganchan una y otra vez a la historia.
El ritmo es frenético y antes de querer darte cuenta ya estás enganchado a las desventuras de la favela.
Buenas frases, buen trato a los personajes, buena música, desgarradora, a ratos, fotografía y un frío trato a la realidad, que le permite prescindir de mostrar la moraleja.